2/11/13

Jazmín de flores grises

Poster Blue Jasmine

Dir.: Woody Allen
Int.: Cate Blanchett, Sally Hawkins, Alec Baldwin, Bobby Cannavale, Andrew Dice Clay, Peter Sarsgaard, Michael Stuhlbarg, Louis C.K.
¿De qué va?: Jasmine es una ama de casa rica y glamurosa de la alta sociedad de Nueva York que se queda arruinada cuando su marido ingresa en prisión por desfalco. Por ello se ve obligada a mudarse a San Francisco, a la casa de su hermana Ginger, quien lleva una vida muy diferente a la que Jasmine está acostumbrada.

Reseña: Una de las cosas más criticadas de las películas de Woody Allen es el ambiente pijo en el que se desarrollan sus historias: que si los personajes son todos unos culturetas y no hay ni uno que falte a la ópera ni a su cita con el psicoanalista, que si los neoyorkinos no reconocen su ciudad en las películas, que si esa Barcelona bohemia con conciertos de guitarra española en terrazas es pura ficción, etcétera, etcétera. Otros tantos detractores dicen que Allen se repite más que el ajo y que lo que hace ahora no son más que derivados de sus antiguos y mejores trabajos. Pues resulta que la ineludible cita con él de este año, Blue Jasmine, no es sólo una de sus mejores películas de la última década (junto a Match Point y Midnight in Paris), sino lo de siempre y algo nuevo al mismo tiempo.

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La película alterna entre dos espacios temporales distintos para mostrar el contraste de la vida pasada y presente de Jasmine, una mujer arraigada a una buena vida que se ve en la tesitura de tener que aprender a vivir con menos lujos y trabajar, pese a que abandonara sus estudios cuando conoció a un hombre con intenciones de tenerla entre algodones toda la vida. Allen se burla de ese alto standing tan presente en su filmografía, de su superficialidad, de su amor por las falsas apariencias y de lo fácil que puede ser alcanzar la cima y perderlo todo en un momento. Sin embargo, en el filme tampoco se hace exaltación de la vida sencilla y modesta, pues este modo de vida, representado en la hermana de nuestra protagonista, se muestra como algo conformista, carente de emociones más allá que el de sentarse a ver la televisión cada noche, y sin aprender de los errores de las relaciones pasadas.

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Vamos, que por muchas diferencias que haya entre dos mundos tan opuestos, todos estamos igual de podridos por dentro. Todos los personajes de la película actúan por razones egoístas, aunque todas las miradas, tanto las de ellos como las de los espectadores, se centren en la magnética Jasmine. De entrada, siempre es muy gracioso presenciar cómo una pija debe amoldarse a una vida más modesta, por su incomodidad manifiesta y porque hay cosas que nunca cambian (como comprar billetes de avión de primera clase), pero según va avanzando el metraje vamos descifrando capas y capas del personaje: sus adicciones, contradicciones, ganas de empezar una nueva vida, ganas de volver a tener la vida que llevaba, sus flaquezas, engaños, los fantasmas que la atormentan… Cate Blanchett realiza una interpretación magnífica porque maneja todas las aristas de Jasmine con suma elegancia y convicción, pasando de la comedia al drama o viceversa en cuestión de segundos y sin despeinarse. Una de las mejores y más fascinantes ‘mujeres Allen’ de todos los tiempos.

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Blanchett está arropada por un puñado de notables interpretaciones, especialmente de Sally Hawkins, Bobby Cannavale y Alec Baldwin (al que por primera vez se le nota su reciente bajada de peso), y también conviene destacar la fotografía a cargo de Javier Aguirresarobe, pero por encima de todo se encuentra la actriz australiana y el guión de Woody Allen, una versión libre y actualizada de Un tranvía llamado deseo que además de mantener la brillantez e ingenio habituales en los diálogos, supone una mirada irónica, compleja y amarga del ser humano y de  nuestra innata resistencia al cambio.

8’5/10

1 comentario:

Chechín dijo...

¡Qué ganas de verla, Blanchi!